Durante el pasado fin de semana, la Gobernación del Tolima lideró una intensa jornada de vacunación conocida como la “Vacunatón” en siete municipios del sur del departamento, entre ellos Ataco. El objetivo principal fue avanzar en la cobertura contra la fiebre amarilla, especialmente en zonas con condiciones de riesgo por presencia de vectores.
En Ataco, donde gran parte de la población se dedica a la minería artesanal y técnica, la estrategia logró impactar a trabajadores de este sector. Uno de ellos fue José Andrés Troches, un joven de 27 años originario de Santander de Quilichao (Cauca), quien se encuentra radicado en la región buscando oportunidades económicas a través de la extracción de oro en el río Saldaña.
Mientras realizaba diligencias en el casco urbano, José Andrés se encontró con el punto de vacunación instalado en el parque principal. Aunque confesó sentir temor por las agujas y nunca haberse vacunado antes, decidió dar el paso. “Vi a varias personas reunidas, pregunté de qué se trataba y me explicaron. Me animé y no me dolió”, expresó, reconociendo además la importancia de protegerse ante las condiciones a las que se expone diariamente en su trabajo.
Tras recibir la dosis, José Andrés se comprometió a compartir su experiencia y motivar a sus compañeros a acudir por su vacuna. Las autoridades de salud resaltaron su gesto, destacando que este tipo de acciones comunitarias son clave para contener brotes y promover una cultura de prevención frente a enfermedades como la fiebre amarilla, que sigue siendo una amenaza latente en la región.