Con entrega y vocación de servicio, el personal de salud del Hospital San Rafael de Dolores ha asumido un papel fundamental en la jornada de vacunación contra la fiebre amarilla. Enfermeros, vacunadores y auxiliares han recorrido incansablemente barrios y veredas, llevando protección y esperanza a cada familia del municipio.
Su labor no ha sido sencilla. A diario enfrentan retos como largas distancias, condiciones climáticas adversas y la falta de acceso a algunas zonas rurales. Sin embargo, su compromiso con la vida ha sido mayor que cualquier obstáculo. En articulación con la Secretaría de Salud del Tolima, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y demás instituciones, han logrado avanzar con éxito en esta estrategia preventiva.
“Lo hacemos por amor a nuestra comunidad”, aseguran algunos de los profesionales de la salud, quienes destacan la importancia de sensibilizar a la población y generar confianza en la vacunación como una medida vital para prevenir enfermedades.
Este esfuerzo conjunto refleja la unión de voluntades por un objetivo común: cuidar la salud de todos los doloreros. Su historia, llena de humanidad y vocación, es testimonio de que proteger la vida es un acto que nace desde el corazón.