La ciudad de Ibagué atraviesa actualmente una fase de transición climática hacia la temporada de sequía, caracterizada por días soleados y una notable disminución de las precipitaciones. Este cambio marca el inicio de un periodo más cálido, que se extenderá durante los próximos meses en la capital del Tolima.
De acuerdo con Félix Salgado, director de Gestión del Riesgo, Ibagué tiene un sistema bimodal de lluvias, lo que significa que las precipitaciones se presentan en dos ciclos anuales: abril-mayo y octubre-diciembre. “Entre estos dos periodos se experimenta una temporada seca, como la que estamos viviendo en este momento”, señaló el funcionario.
Según los análisis meteorológicos disponibles, los meses de julio, agosto y septiembre estarán marcados por un significativo descenso en las lluvias, lo que podría impactar no solo las actividades agrícolas, sino también el suministro de agua y la calidad del aire en la región.
En ese sentido, el Ideam (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales) estima que el déficit de precipitaciones en julio podría estar entre el 10 % y el 40 %, en comparación con los promedios históricos registrados para la Región Andina. Este fenómeno incrementa el riesgo de incendios forestales y escasez hídrica en zonas vulnerables.
Ante este panorama, las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía para adoptar medidas preventivas como el uso racional del agua, evitar la exposición prolongada al sol, mantenerse hidratados y estar atentos a las alertas climáticas que puedan emitirse durante esta temporada.